VIH E INFECCIÓN POR SARS COV2

La pandemia generada por el COVID 19 ha tenido un impacto en múltiples áreas de la salud pública, una de ellas es sobre las personas afectadas por el síndrome del mono deficiencia humana. Se conoce sobre los estudios que inicialmente consideraron para el manejo de las personas infectadas por SARS CoV-2, el uso de algunos antirretrovirales predominantemente del grupo de los inhibidores de proteasa y dentro de ellos el manejo con lopinavir/r Que había demostrado una eficacia clínica in vitro contra este y otros tipos de coronavirus.

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COVID-19 y Personas que viven con VIH

COVID-19 y Personas que viven con VIH

Derivado de la pandemia relacionada a COVID-19, se han emitido documentos por algunas instituciones médicas relacionadas con el manejo de las personas que viven con VIH a nivel mundial.

A continuación, describimos las emitidas a finales del mes de marzo por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos1 así como de forma conjunta por la Sociedad Clínica Europea de SIDA y la Asociación Británica para VIH a principios de abril2. Ambos documentos son públicos y se debe de tomar en consideración que pueden tener modificaciones considerando lo progresivo del conocimiento científico acorde a la evolución de la pandemia y que el clínico deberá de consultar las fuentes de información actualizadas en relación con COVID-19.

  • De acuerdo con los reportes vigentes, las personas > de 60 años y aquellas con diabetes, hipertensión, cardiopatía, tabaquismo o enfermedad pulmonar son las que tienen el mayor riesgo de padecer la forma mas severa que pone en riesgo la vida de COVID-19, enfermedad causada por el virus conocido como SARS-CoV-2.
  • Al momento de las publicaciones, no hay evidencia de un incremento en la frecuencia de padecer la enfermedad COVID-19 en personas que viven con VIH ni una diferencia de la evolución en quienes se coinfectan.
  • Aunque las personas que viven con VIH que se encuentran en tratamiento antirretroviral con una supresión virológica y una cantidad normal de CD4 pueden no estar con mayor riesgo de una enfermedad severa COVID-19, una cantidad de ellas pueden padecer cualquiera de las condiciones descritas con anterioridad que incrementan su riesgo.
  • La precaución debe de ser mayor en aquellas personas que viven con VIH especialmente en aquellas con una enfermedad avanzada por VIH o con CD4 , 200 c/mm3  (considerar la profilaxis correspondiente) o sin tratamiento antirretroviral.
  • Se debe de asegurar que las personas que viven con VIH tengan una adecuada dotación y abasto de su terapia antirretroviral y de los medicamentos concomitantes que requieran. En pacientes en quienes se contemple el cambio de esquema, se debe de considerar la factibilidad de el seguimiento y el monitoreo correspondiente.
  • Las personas que viven con VIH deben mantener actualizado su esquema de vacunación contra influenza y neumococo.
  • Deben de llevar a cabo todas las medidas preventivas dictadas por las autoridades de salud locales incluyendo las relacionadas a la sana distancia , las medidas de higiene respiratorias y el lavado de manos.
  • En pacientes con buen control virológico y estado clínico estable, se recomienda posponer consulta y programación de estudios de laboratorio.
  • Las personas que viven con VIH que presenten fiebre y síntomas como, tos, malestar general, dificultad para respirar deben de contactar a los servicios médicos.
  • Existe discusión e investigación sobre algunos antirretrovirales y su uso para COVID-19. Un estudio pequeño, abierto en el cual 199 personas hospitalizadas con COVID-19 se aleatorizaron para recibir manejo standard o el mismo mas Lopinavir/ritonavir no demostró diferencia significativa entre ambos grupos en relación con mortalidad o mejoría clínica. Por lo anterior no existe evidencia para justificar el cambio de un tratamiento antirretroviral estable a uno que incluya un inhibidor de proteasa para prevenir o tratar COVID-19.
  • Los cambios fisiológicos e inmunológicos durante el embarazo incrementan la susceptibilidad a padecer infecciones respiratorias virales, posiblemente incluyendo COVID-19. Como se ha observado con otras infecciones por coronavirus, el riesgo de una infección más severa, morbilidad y mortalidad con COVID-19 puede ser mayor en las mujeres embarazadas que en la población general. Lo anterior se deberá de considerar en las mujeres que viven con VIH. Se ha descrito al menos un caso de COVID-19 neonatal.
  • En el caso de los niños que viven con VIH, aunque los datos limitados disponibles reportan que los niños parecen presentar una enfermedad menos severa de COVID-19 en comparación a los adultos, pueden haber supoblaciones de niños con un riesgo mayor de severidad; en estudios de infección por otros coronavirus, la presencia de enfermedad pulmonar subyacente, inmunocompromiso y menor edad se asoció con resultados más severos.
  • En las personas que viven con VIH y requieran manejo hospitalario por COVID-19 se debe de considerar las interacciones farmacológicas.